Las peras son frutas jugosas y carnosas con un delicado sabor. Hay más de 30 variedades de ellas, de distintos colores y texturas. Son muy valoradas por su gran aporte nutricional y su bajo contenido calórico. Se destacan por ser ricas en fibra y potasio. Este último mineral es necesario para la generación de los impulsos nerviosos y la actividad muscular normal, al mismo tiempo que interviene en la regulación del equilibrio de líquidos dentro y fuera de las células.
Ayudan a bajar de peso
Como las peras aportan muy pocas grasas y calorías (53 cada 100 gr) y contienen un 80% de agua, se las suele incluir en la dieta de aquellas personas que intentan bajar de peso. También sirven a este propósito por contribuir a lograr la sensación de saciedad, lo cual permite reducir el apetito y, consecuentemente, la cantidad de comida que se consume diariamente. Esto se debe a su abundante cantidad de fibra.
Son diuréticas
Por ser ricas en potasio, ayudan a combatir la retención de líquidos. Este mineral es perfecto para regular la cantidad de agua presente en el organismo.
Ayudan a preservar la salud intestinal
Cada porción de peras proporciona el 18% de la ingesta diaria recomendada de fibra. Esta permite que los alimentos pasen por los intestinos con mayor facilidad. Así, ayuda a prevenir el estreñimiento. Además, las pectinas presentes en esta fruta ayudan a prevenir infecciones intestinales.
Ayudan a regular el colesterol
Diversos estudios médicos han demostrado que la fibra soluble, presente en las peras en forma de pectinas, es capaz de disminuir los niveles de colesterol “malo” (LDL).
Embellecen la piel y el cabello
Los efectos antioxidantes de la vitamina A, presente en la pera, ayudan a reducir los signos de envejecimiento en la piel, tales como las arrugas y las manchas de edad. Al mismo tiempo, esta fruta contribuye a frenar la pérdida de cabello.
Algunas ideas para incorporarlas en la dieta
El principal uso de las peras es gastronómico. Se las suele comer como postre, frescas o en recetas más elaboradas. Además, se las utiliza para elaborar compotas y mermeladas. Sin embargo, también pueden ser una deliciosa adición para una ensalada refrescante.
Ensalada de pera, manzana, espinaca y pasas
Ingredientes
- 2 peras poco maduras
- 2 manzanas
- Hojas de espinaca (cantidad necesaria)
- ¼ de taza de pasas de uva
Preparación
1. Corta las peras y las manzanas en rodajas delgadas.
2. Coloca las frutas sobre una cama de hojas de espinaca bien lavadas y secas.
3. Por encima, vierte las pasas de uva.
4. Sazona a gusto. Quedará muy bien con un aliño de aceite de oliva, vinagre, dos cucharadas de romero fresco picado y una cucharada de miel.
Peras al vino tinto
Ingredientes
- 4 peras
- 1 lt. de vino tinto
- 500 gr de azúcar orgánica
- Canela (cantidad necesaria)
- Anís (cantidad necesaria)
Preparación
1. En una cacerola, coloca el vino, el azúcar, la canela y el anís. Mezcla hasta disolver el azúcar.
2. Agrega las peras peladas. Puedes cortarlas al medio o colocarlas enteras.
3. Cocina a fuego fuerte hasta obtener un almíbar. Cuando esto suceda, retira las peras del fuego.
4. Sívelas con un copo de crema chantilly.
Ensalada de rúcula, pera y queso azul
Ingredientes (para dos personas)
- 1 atado grande de rúcula
- 1 pera grande que no esté muy madura
- ½ limón
- ½ taza de nueces
- 100 gr. de queso azul
- Sal, pimienta, aceto balsámico y aceite de oliva
Preparación
1. Lava bien la rúcula y quítale las raíces. Debe estar bien fresca. En caso contrario, la puedes colocar 15 minutos en un recipiente con agua bien fría para que se hidrate. Deja que se seque bien.
2. Pela la pera, córtala al medio y quítale las semillas. Luego, rebánala en láminas que no sean demasiado delgadas. Rocía la fruta con limón para evitar que se oscurezca.
3. Tuesta las nueces colocándolas en una sartén limpia por algunos minutos (opcional).
4. Corta el queso azul en trozos pequeños.
5. Para armar la ensalada, coloca la rúcula en un recipiente. Por encima, agrega la pera, las nueces y el queso.
6. En otro recipiente, más pequeño, mezcla sal, pimienta, aceto balsámico y aceite de oliva hasta emulsionar. Rocía la ensalada con esta vinagreta sin mezclar demasiado, para evitar que el queso se deshaga.
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